El vertiginoso ritmo de vida actual ha convertido el aire libre en el mejor lugar para relajarnos. Las caminatas, las acampadas, el ciclismo, el golf o la pesca son actividades que permiten conectar con el entorno rural y desconectar de la rutina laboral. Este desarrollo ha aportado a la industria textil un nuevo tipo de cliente que disfruta del aire libre y que valora el bienestar. Por eso desean que el vestuario para exteriores sea elegante, transpirable, suave y, sobre todo, hidrófugo. Esto plantea un gran dilema, ya que el tejido hidrófugo más eficaz aún se basa en fluorocarbonos, que incluyen los productos secundarios nocivos PFOA y PFOS. ¿Podrán los químicos desarrollar un tejido hidrófugo libre de fluorocarbonos y que cumpla con las demandas más exigentes de los clientes? Aquí encontrará las respuestas.
La evolución de los tejidos hidrófugos
Si observa la evolución de los tejidos hidrófugos, descubrirá que la clave siempre está en la tensión superficial. Mientras la tensión superficial de las fibras textiles sea inferior a la tensión superficial del agua, el tejido textil no se humedece, lo que permite repeler el agua. En el pasado, se usaban ceras o aceite de pescado para lograr el mismo resultado. Con el paso del tiempo, los fabricantes adoptaron la parafina modificada, que funcionó mejor, aunque todavía con un ingrediente activo aceitoso. En las últimas décadas, hemos experimentado grandes avances químicos en el desarrollo de fluorocarbonos: cadenas de carbono totalmente fluoradas que, convertidas en emulsión, pueden utilizarse como componentes auxiliares. Cuando se aplica a los tejidos, esta emulsión de fluorocarbonos reduce la tensión superficial de la fibra, creando una barrera de flúor altamente efectiva que repele el agua, los productos químicos y el aceite.
Uso de los fluorocarbonos en la industria textil
El muro de los fluorocarbonos es tan fuerte que incluso repele el aceite y los productos químicos, por este motivo los repelentes al agua a base de fluorocarbono suelen utilizarse en tejidos técnicos, ropa de trabajo (por ejemplo, para fábricas) o prendas de vestir, con el fin de proteger a los usuarios de las condiciones climáticas severas. Pero tiene más aplicaciones. Gracias a la alta durabilidad de los fluorocarbonos, también son apreciados por los clientes, que desembolsan grandes importes por prendas a la moda anunciadas como hidrófugas, incluso después de múltiples lavados. En consecuencia, el problema con los fluorocarbonos no radica en su efectividad, sino en sus dos productos secundarios, denominados PFOS y PFOA. Ambos son PBT (persistentes, bioacumulativos y tóxicos), características realmente problemáticas. Puesto que los fabricantes no han conseguido producir fluorocarbonos sin generar también PFOS y PFOA, los tejidos hidrófugos de fluorocarbono siempre serán sinónimo de malas noticias para el medio ambiente.
Dos pasos en la dirección correcta: de C8 a C6
La buena noticia es que existe un modo de reducir al mínimo los efectos secundarios negativos de los fluorocarbonos. La solución consiste en reducir la cadena de fluorocarbonos de C8 a C6. Con esta alternativa no se alcanzan exactamente las mismas propiedades que en los fluorocarbonos originales, pero los productos secundarios son mucho menos persistentes y bioacumulativos y, por tanto, menos dañinos. Al igual con otras muchas empresas químicas, hemos dejado de trabajar con C8 y empezado a trabajar exclusivamente con fluorocarbonos C6. Asimismo, las organizaciones gubernamentales de todo el mundo han recomendado encarecidamente a los fabricantes que dejen de utilizar C8, lo que implica que, a largo plazo, el mundo de la química deberá buscar alternativas.
DWR: el tejido hidrófugo sin fluorocarbono
Esta búsqueda de un tejido hidrófugo libre de fluorocarbonos, hizo recordar los tiempos anteriores a los fluorocarbonos. Los químicos concentraron su trabajo de laboratorio en nuevas soluciones basadas, por ejemplo, en polímeros hidrofóbicos. Estos tejidos DWR (tejidos hidrófugos duraderos) no son repelentes al aceite o a los productos químicos, por lo que son menos adecuados para la indumentaria de trabajo, pero perfectos para un uso ecológico e impermeable en exteriores. Actualmente, en TANATEX trabajamos tanto con fluorocarbonos C6 como con DWR. Nuestra elección dependerá de los requisitos del producto, ya que a veces la repelencia al aceite es imprescindible, por ejemplo, en la indumentaria de trabajo. En la mayoría de los otros casos, sin embargo, trabajamos con DWR y estamos firmemente comprometidos en el desarrollo de un DWR que se adapte a las cualidades de los acabados de fluorocarbono, que nos permita reducir al mínimo el uso de fluorocarbonos. Nos basamos en tres motivos: 1. adecuación a los requisitos del cliente, 2. cumplimiento de las regulaciones gubernamentales y, lo más importante, 3. nuestro firme compromiso. Nuestra posición en el sector químico nos sitúa al comienzo de cada cadena de producción textil, lo que significa que podemos influir en el uso y desarrollo de productos más sostenibles.
¿Desea mantenerse informado sobre el desarrollo de los DWR? Consulte esta página.
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