EDITORIAL 97

Esther Pujol

“SIN AGUA, NO HAY PRODUCTO NI NEGOCIO”

El agua es un elemento que se encuentra en todos los ámbitos industriales y la industria textil es uno de los sectores de mayor rentabilidad económica en el uso de la misma. El agua industrial ocupa el tercer lugar entre los usos significativos del agua, después del regadío y el abastecimiento doméstico. 

Ello nos obliga a que cada compañía debe pensar cuidadosamente cómo puede emplear su principal fortaleza, en mover ficha y aportar al cumplimiento de los objetivos de gestión adecuada de recursos hídricos.

En la misma línea, muchos de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día deberían haberse resuelto a nivel gubernamental con mejores infraestructuras y el mantenimiento adecuado de las existentes. Para fomentar la calidad del agua, el nuevo plan hidrológico impulsa junto a las administraciones competentes, la mejora del saneamiento y la depuración parar subsanar retrasos acumulados por nuestro país en el cumplimiento de la normativa europea sobre protección de aguas residuales.

Pero este uso debe realizarse desde una economía circular, basada en la premisa de reducir, reutilizar, reciclar y recuperar recursos en lugar de seguir un modelo lineal de producción y consumo.

En el ámbito del agua, la aplicación de principios de economía circular por parte de la industria es esencial para gestionar de manera sostenible este recurso escaso. 

Algunas formas que nuestra industria puede integrar la economía circular en el manejo del agua pasan por:

  • la reutilización y reciclaje del agua para reducir la demanda de agua fresca;
  • el tratamiento de las aguas residuales industriales, permitiendo su purificación y posterior reutilización en el proceso productivo;
  • la valorización de subproductos, convirtiéndolos en recursos útiles o materias primas para otros procesos industriales;
  • la eficiencia en el uso del agua, reduciendo las pérdidas y minimizando la cantidad de agua necesaria para la producción;
  • implementar sistemas de monitorización y control para medir y evaluar el consumo de agua y los impactos ambientales o ajustar las prácticas según los resultados obtenidos del monitoreo.

La dinámica industrial viene determinada por los cambios que se operan en el contexto externo y por la capacidad interna de anticipar o adaptarnos a esos cambios. Y ello nos permite hablar con cierta propiedad de una economía basada en el conocimiento.

En este caso, es importante acercar la percepción del problema, pero también las soluciones. Qué podemos hacer cada uno en nuestro ámbito de competencia.

Es necesario concretar los esfuerzos en lo que se puede hacer para mejorar.

Tenemos que valorizar lo que hoy consideramos residuos y ha llegado el momento de apostar decididamente por la tecnología puesto que es lo único que nos va a permitir la reutilización del agua.

La industria y el agua, estamos obligados a entendernos ante la escasez hídrica.

Ròmul Prat
Socio colaborador



Modificar cookies