Mucho que celebrar
Tuve un maestro, uno grande, que siempre decía que reñir reñimos, generalmente con énfasis desmedida, y que sin embargo para premiar y celebrar somos bastante menos espléndidos. De hecho, tanto es así que especialmente en los entornos profesionales nos hemos acostumbrado a que el premio sea el silencio. Cuántas veces en el mundo laboral el feedback positivo es precisamente el silencio. Habiendo dado lugar, incluso, a la que es ya una frase universal: “si no te digo nada es que está bien “. Cuando lo justo y deseable en esos casos sería en lugar del silencio recibir unas palabras de aliento y de reconocimiento, una felicitación.
No es necesario exagerar, no es necesario irnos a los extremos, pero sí evitar esa ausencia, porque el silencio no es un premio. Aún peor, es desmotivador.
La clave parece estar, por tanto, en saber corregir cuando toca y también, en saber premiar.
Si me permitís, querría proponer un brindis por el sector. Porque del mismo modo que se comenta, se compara, se publica y se señala una y otra vez que el textil es un sector contaminante, aspecto que se debe, sin duda, corregir; también se deberían celebrar cada uno de los difíciles retos en los que se está trabajando. Desarrollos y procesos que llegan además desde cada una de las fases del proceso textil y que significa que está implicada toda la cadena de suministro.
Así que chin-chin por todos aquellos que hacen grandes cosas:
Bien por el desarrollo de nuevas materias emergentes: hojas de piña, cáscaras de naranja, cactus, micelio, semillas de ricino, café, uvas, colágeno, ortiga y así un enorme abanico de posibilidades.
Bien por los avances en el reciclado. Desde la mejora en los procesos de reciclado mecánico al aumento del reciclado químico y a la separación de las mezclas usando química verde como los líquidos iónicos.
Bien por el desarrollo de auxiliares y colorantes más respetuosos y libres de determinadas sustancias.
Bien por el avance en maquinaria y procesos que optimizan recursos fundamentales como la energía y el agua: softwares de diseño que se integran con la maquinaria de tejeduría evitando la necesidad de muestras físicas, circuitos cerrados en procesos de pretratamiento y tintura, ultrafiltración de agua, micronebulización, acabados con ozono o plasma son solo algunos ejemplos.
Bien por los tejidos con valores añadidos y los acabados funcionales que favorecen el día a día.
Bien por abrazar la industria 4.0, los avances en trazabilidad y transparencia y por participar activamente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Bien por los retailers que utilizan el ecodiseño y adoptan nuevos modelos como la fabricación bajo demanda haciendo partícipes a los consumidores y premiando su anticipación en órdenes de pedido comprometidas y meditadas.
Bien en definitiva por un sector resiliente que ha demostrado estar dispuesto a corregir y que además siempre tiene mucho que aportar. Felicidades industria Textil.
Irene Fariña
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