OPINIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA DE LA AEQCT DESDE SU CONFINAMIENTO O PUESTO DE TRABAJO EN ESTOS DÍAS DE COVID-19

Esther Pujol

….Pensaba proponeros después de escribir la Editorial de la Newsletter- a raíz de los mensaje que leo de Ròmul, Josep, Paco en WhatsApp y mails de estos últimos días .... hacer un mensaje conjunto  o sea que cada uno de nosotros, o los que quieren, escriba un par de líneas - sobre el virus y como nos afecta o lo que pensamos que representa  .... y hacer algo diferente y con más posibilidades de medir el pulso de lo que está sucediendo en estas últimas semanas.

Milena 

Desde la Comisión Revista animamos a todos los soci@s a mandarnos su visión de la actual situación para la próxima Newsletter, como siempre nos podéis mandar vuestros escritos a la dirección de aeqct@aeqct.com, indicando vuestro nombre y si estáis tele-trabajando confinados en casa, o aún estáis trabajando.

 

RÒMUL PRAT, SECRETARIO DE LA AEQCT

ACTUALMENTE SIGUE TRABAJANDO PRESENCIALMENTE EN SU EMPRESA

En estos momentos de alarma social, es fundamental evitar la sobreinformación pues no hace más que incrementar la sensación de riesgo y conllevaría aislarse y dejarse llevar por las circunstancias a la espera de que “alguien” nos acaudille en función de los acontecimientos.

Para afrontar esta situación, el qué y cómo piensas es determinante y hacerlo desde tu posición sea la que sea, el positivismo pasa a ser una necesidad y una ventaja fundamental no solo para uno mismo sino para darle sentido a la realidad, pasar a la acción y superarlo con las mínimas cicatrices.

Por tanto, lo primero que debemos hacer es obtener todos los hechos, recoger el máximo de datos fiables, todas las variables clave, pruebas de realidad evitando la “infointoxicación” analizarlas y ello nos ayudará a tomar nuestras propias decisiones siempre y cuando no nos vengan impuestas drásticamente antes, cosa improbable, aunque no imposible.

El impacto en la economía y en los mercados es realmente el principal temor de la población así como la huella que dejará en la economía global y el tiempo de recuperación de la misma, más allá de que nadie se atreva a reconocerlo públicamente. 

Mi recomendación es ser persistente y trabajar duro en nuestro entorno definido como industria en el que no es totalmente posible el trabajo desde casa, pero, actuando con honradez, tomando responsabilidad de los que hacemos, siendo portadores de serenidad a nuestras familias y allegados para que el pensamiento se adapte a la situación.

Es evidente que dadas las circunstancias, todo lo que permita que nuestros profesionales puedan trasladarse a un entorno remoto se está haciendo, resulta más cómodo, reduce inconvenientes relacionados con el desplazamiento diario y contacto innecesario con los compañeros y mantienen la productividad.

Hay que aprovechar el momento no para estar preparado para el coronavirus u otra epidemia sino como una nueva oportunidad para planificar y proyectarnos al futuro.

 “El ser humano es capaz de tomar decisiones basándose en sus valores. La facultad de elegir el rumbo de nuestra vida nos permite reinventarnos a nosotros mismos, cambiar nuestro futuro e influir con fuerza en el resto de la creación”. Stephen Covey



MERITXELL MARTÍ, VICESECRETARIA DE LA AEQCT

ACTUALMENTE CONFINADA EN SU CASA

Sentada frente al ordenador medito sobre qué quiere decir #yomequedoencasa, independientemente del sufrimiento y las molestias que nos pueda ocasionar ahora, es también una invitación hacia el cambio global a nivel mundial pero también individual. He roto con las rutinas diarias, no voy al IQAC-CSIC, simplemente voy al comedor y me siento delante del portátil a escribir artículos sobre el trabajo hecho estos últimos meses en el laboratorio, y a contestar emails que van llegando, parece que se ha incrementado este medio de comunicación, así como el WhatsApp que hace que mi pobre móvil saque humo todo el día, debido a sus limitaciones de espacio virtual.

Pero a pesar de esta limitación de movimiento, estos días permiten una gran libertad para pensar, crear, compartir con la familia más próxima, aprender a respetar y a aceptarnos, esto nadie nos lo puede quitar, por mucho que nos quedemos unas cuantas semanas encerrados, creo que debemos aprovechar esta oportunidad para hacer un balance individual de nosotros mismos.



IRENE FARIÑA, VOCAL DE LA AEQCT

ACTUALMENTE CONFINADA EN SU CASA

Todos estamos renunciando a cosas muy importantes, con este confinamiento. En mi caso, no sólo como la labor que me sustenta económicamente, sino como apasionada de lo que hago, llevo viajando por trabajo des del 1998 tres días a la semana. Hace un mes que cogí el último vuelo y sin saber cuándo será el próximo.

Desde que estoy en casa con mis tres hijos puedo comprobar que ellos viven la incertidumbre y la preocupación a escala, pero de igual manera. Cada uno de ellos también ha perdido o renunciado a algo importante. El mayor, adolescente, a salir con sus amigos. El mediano, futbolero a tope, a sus entrenamientos y partidos, la pequeña al parque y a estar con otros niños de su edad.

Todos tienen  a lo largo del día momentos de rebeldía, de apatía, de aburrimiento, de frustración, pero lo mejor de todo es que cuando, pensando en su propia situación individual, ya no encuentran motivación para hacer nada, son capaces de activarse y reaccionar para favorecer a alguno de sus otros hermanos... Cuando la pequeña ya no quiere pintar más, porque lleva ya media libreta dibujada, es capaz de intentar escribir sola un mensaje para el mayor y hacerle sonreír. El mayor, entonces, renuncia a su  Instagram y abre la aplicación en la que enfocándose juntos la pequeña disfruta viéndose con orejas de gatito, maquillada, o con todo tipo de filtros graciosos…y el futbolista que se niega a hacer una tabla de ejercicios en favor suyo por qué ¿para qué? es capaz de ponerse a bailar para distraer a la pequeña. Nada de esto es fácil para ninguno de nosotros, sin embargo es maravilloso comprobar que la  empatía, la solidaridad y la gratitud están en nuestro ADN. 

Gracias a todos los que en momentos de adversidad como el que vivimos siguen siendo generosos.



JOSEP SIMÓN, TESORERO DE LA AEQCT

ACTUALMENTE CONFINADO EN CASA

Los tiempos que estamos viviendo son muy difíciles y complicados para todos, nadie se podía esperar que después de celebrar las campanadas del nuevo año 2020, con todos y cada uno de los deseos y objetivos que nos habíamos planteado, se nos presentaría al cabo de unos días un “elemento” no deseado en nuestras vidas,  un virus llamado Covid-19, que nos atacaría uno de los puntos básicos de nuestra vida, la salud, y en un visto i no visto nos invade buena parte del planeta, nos sorprende a todos, incluso a los que más saben del tema, los científicos, pero una vez empezamos a reaccionar, en general tarde, por la incredulidad del problema y la extraordinaria rapidez de propagación del virus, cada uno a nuestra manera, nos hacemos conscientes de la extrema debilidad del ser humano ante los efectos externos, fuera del día a día, pero que están presentes en nuestro entorno, la reacción posterior, por parte de casi todos, es la parte positiva, porqué empezamos actuar como verdaderos miembros de la comunidad a donde pertenecemos, en los diferentes grados i niveles, es entonces que a pesar de las dificultades que se nos presentan y el precio alto que deberemos pagar por el efecto sobre las vidas humanas, la situación nos puede hacer mucho más fuertes para asumir el momento y sus efectos posteriores, tanto humanos como  económicos, pero además mucho más conscientes de cuáles deberían ser nuestras prioridades futuras como ciudadanos y sociedad para hacer una reflexión profunda de que deberíamos cambiar, mejorar…, en definitiva que planteamientos prioritarios deberíamos tener para desarrollar un futuro de vida más justo, solidario y eficaz para hacernos más fuertes y mejor preparados para las adversidades de mañana.

Este puede ser un punto de inflexión y de oportunidad para reflexionar a fondo, todos, y tomar las medidas necesarias para intentar hacer una vida mejor para las personas en un planeta llamado tierra.



MARILÉS BONET, VOCAL DE LA AEQCT

ACTUALMENTE CONFINADA EN CASA

Estamos en una situación nueva, sin precedentes, para todos los ciudadanos. En mi caso, el COVID-19 implica que desde el viernes estoy confinada en casa, como la gran mayoría que puede hacer teletrabajo, y he tenido que readaptar muchas de mis rutinas; docencia: la imparto online desde casa; investigación: analizando resultados y redactando artículos, etc. Todo ello gracias a las tecnologías que nos han facilitado a niveles impensables las tareas cotidianas. Tecnologías que también han posibilitado la comunicación con los familiares confinados en otros domicilios. 

En cuanto al avituallamiento del hogar,  he retomado la compra online que el Mercado de mi barrio, Mercat de Sant Roc en Alcoy, implementó en su día cuando veía que las grandes superficies se comían su parcela y que tan útil me resultó cuando mis hijos eran pequeños. La compra online en el mercado, con su servicio a domicilio es un ejemplo de adaptación a los nuevos escenarios, y no puedo evitar pensar en la adaptación que el sector textil deberá realizar al salir de esta, porque saldremos, y como siempre, la industria textil no quedará ilesa, no, por desgracia, seguro que sufre, pero también como de costumbre, se levantará y a ser posible más fuerte.  Estoy convencida de ello. 

Las noticias nos apabullan con los datos y la necesidad de EPIS, y los periodistas y tertulianos hablan de la situación económica sobrevenida, se cuestionan cómo será el mundo tras la pandemia,  comentan actuaciones de los ciudadanos, servidores públicos y en especial el personal sanitario, pero lamentablemente, la industria textil es la gran olvidada. A pesar de estar conectada por redes sociales, televisión, y radio constantemente, aún, tras 1 semana de confinamiento, no he oído que gran parte de los EPIs son o están formados por elementos textiles, industria que afortunadamente, tenemos en este país. 

Por cierto, el lado bueno del confinamiento es que podemos disfrutar más tiempo de la unidad familiar, con mi marido, excelente compañero y profesional, también dedicado al sector textil y mis hijos, en edad adolescente ya y que se están comportando como auténticos adultos. 

Gracias a todos por vuestra contribución a contener el virus y nos vemos en breve por distintos foros textiles.





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