EDITORIAL Nº 60

Esther Pujol

TIEMPOS DE PANDEMIA. TRANSFORMAR INCERTIDUMBRE EN OPORTUNIDADES

Ya estamos en septiembre, ese mes en el que siempre se habla de la vuelta al trabajo, la vuelta al cole, recuperar la rutina tras unas vacaciones... En este mes de septiembre he detectado algunos cambios, las conversaciones o los mails de la primera semana se inician como siempre, se hace referencia al descanso, a haber cogido fuerzas para afrontar el año que tenemos por delante. Sin embargo, es plausible que este año no se habla de síndrome post-vacacional y se ha colado una coletilla nueva, nos preocupamos por la salud del interlocutor y dejamos caer la incertidumbre de lo que nos depara el futuro. Quienes me conocen saben que siempre me he caracterizado por ser de las personas que ven la botella medio llena, y en esta ocasión no va a ser menos, estoy convencida que la cautela y el sentido común nos permitirán afrontar la situación de la mejor manera posible.  

Previamente a la pandemia, se hablaba entre otros, de sostenibilidad, los plásticos estaban en el punto de mira y la deslocalización de la producción ya se daba por hecha. Durante la pandemia, en pleno confinamiento se ha hablado de que se generarían cambios en los hábitos de consumo, el teletrabajo que ha llegado para quedarse, los ERTE, etc. Actualmente, todavía con la pandemia declarada y, a fecha de hoy sin confinamiento, ¿quién sabe cómo estaremos cuando se pulique esta newsleter….?. 

El dinamismo en el sector textil es evidente, algunas empresas se han reinventado, han diversificado su producto para crear EPIS entre ellos las mascarillas, y la moda se ha adaptado dando pie a la aparición de mascarillas higiénicas de colores, bien tintadas, o bien con estampados que van desde lo más discreto a lo más estrambótico que uno pueda pensar. 

La alteración en las rutinas, implica cambios en el consumo, probablemente se incrementará la compra de textil-hogar, por aquello de que se pasará más horas en casa, el consumo en indumentaria se centrará en moda “casual” o “sport”,  por aquello del teletrabajo, una vez más recurro a ese presente incierto, ¿quién sabe?. 

El curso que comienza, es un nuevo reto para las empresas textiles, reto que implicará la re-invención de las empresas. Históricamente se ha demostrado que a nivel industrial,  las crisis han obligado a adaptarse.  Para ello, el empresario textil deberá aprovechar las herramientas y recursos de que dispone, entre ellos el personal.  Aunque aquí no cabe duda que, la cualidad más importante se encuentra en su carácter emprendedor y ese sexto sentido que les permite mantenerse activos en una sociedad que exige la innovación constante. En tiempos de pandemia como los que nos ha tocado vivir, es imprescindible mantener todas las alertas activas y detectar cualquier oportunidad que aparezca. 

 

Mª Ángeles Bonet
Comisión Revista AEQCT


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