Hace sólo unos meses que formo parte de la Junta Directiva de la AEQCT a la que fui a parar un poco por casualidad, aunque mi incorporación fuera decididamente voluntaria y voluntariosa. En el momento de la propuesta formal para implicarme en la asociación (¡y directamente en su Junta!) me planteé la reflexión introspectiva de ¿por qué debería involucrarme en una entidad altamente vinculada al sector productivo, yo que tengo un perfil muy académico y científico? Hallé la respuesta en el artículo 3 de los Estatutos de la asociación: “Serán fines primordiales de la Asociación, la difusión y fomento del desarrollo de las Ciencias aplicadas a la Industria Textil, así como de las especialidades que con ella se relacionen, contribuyendo de este modo al progreso de la industria”.
En principio, con la alusión directa a la Ciencia en los fundamentos reguladores de la asociación, mi duda personal quedaba resuelta. No obstante, a menudo las cuestiones introspectivas como la anterior tienen la virtud o el defecto de generar nuevas preguntas. Mi caso no es una excepción a esta regla no escrita y de manera sucesiva me planteé unas cuantas nuevas cuestiones entre las que destaca claramente la siguiente: ¿por qué debe existir una asociación como AEQCT?
Un conocimiento mínimo del sector textil español y de su evolución histórica permite entender que las empresas textiles conforman actualmente un rico universo interdependiente, particularmente atomizado, organizado en galaxias paralelas, muy competitivo y altamente tecnológico, donde la posición de un elemento viene determinada por relaciones de atracción-repulsión con los demás elementos. Estas características básicas ya justifican en gran medida la existencia de una asociación como AEQCT que facilite el contacto y la comunicación entre personas y empresas vinculadas al sector textil. Y dicha justificación se refuerza más si cabe al pensar que las empresas y personas del sector trabajan en etapas conectadas de la producción, compiten frecuentemente por los mismos proyectos y clientes y adquieren maquinaria parecida a los mismos proveedores.
Pero para mí, el mayor argumento para la existencia de la AEQCT radica en otro aspecto importante que no es otro que el del apoyo al sector para su conocimiento y su reconocimiento por parte de la sociedad. Y es que la descripción panorámica del sector expuesta anteriormente está hecha “desde dentro” y contrasta drásticamente con la imagen pública general que tienen aquellos ajenos al sector. Como consecuencia directa de recibir regularmente información sesgada (e incluso a veces, malintencionada), las personas que no trabajan en el ámbito textil se componen una idea errónea de una industria controlada por unas pocas empresas, que producen fuera, que usan tecnologías caducas y contaminantes y cuyos trabajadores ven comprometidos muchos de sus derechos laborales.
En toda falsedad se pueden encontrar algunas buenas dosis de verdad que la hacen más creíble y que facilitan la conexión con la potencial audiencia, pero es necesario que entre todos desterremos esta imagen perjudicial de los medios. Para mi este es uno de los principales motivos para y por los que debe existir AEQCT.
Jorge Macanás
VOCAL DE LA JUNTA DIRECTIVA AEQCT
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