El año en el que se casaron Frida Khalo y Diego Rivera, la artista pintó su autorretrato “El tiempo vuela”. También es conocido que el Conejo Blanco de “Alicia en el país de las maravillas” andaba obsesionado con el tiempo que corría tras él para atraparlo. Y así nos sentimos los miembros de la nueva junta de la AEQCT, tanto los que debutamos a principio de año, como los veteranos que nos han arropado y marcado el camino durante estos meses. Y es que ya lo dice mi mujer: “si queremos que el tiempo pase lento, mejor que aligeremos nuestra agenda”. Y es precisamente todo lo contrario lo que hemos hecho en la AEQCT este año. Pero es que vemos tantos retos, tantas necesidades, tantas cosas que hacer para nuestro querido sector, que de junta en junta, de actividad en actividad, de revista a revista, newsletter tras newsletter nos hemos comido todo un año.
Es hora de saborear el camino recorrido, en argot de alpinismo podríamos asimilar la junta de la AEQCT como una cordada. Esta cordada y su forma de trabajar en equipo quedaron gráficamente reflejada en nuestra primera editorial del año.
Nuestro sector necesita talento humano y tecnología. Siendo este un año ITMA, la maquinaria tomo el protagonismo en nuestras editoriales de febrero y junio. El colofón fue el evento Post-Itma celebrado, conjuntamente por las asociaciones relevantes del sector, el pasado 3 de Octubre. Personalmente regresé de Milán, tras una interesante conversación con una empresa de tejidos técnicos alemana. Esta elogiaba nuestros acabadores locales, y su gran experiencia en el acabado en tejido al ancho, lo que le llevaba a expedir camiones y camiones de sus tejidos hacia nuestras tierras. Lamentablemente, todos estos elogios no disponen del altavoz que se merecen. Sirvan estas líneas para darles la volada que se merecen.
“Textil: Un mundo real” fue el título del 48º Simposio, celebrado en marzo y reflejado en nuestro número de abril. Tuve el placer de moderar junto a mi compañera Eva Bou, el panel de estudiantes candidatos al premio esponsorizado por EAS. Formo parte pequeña del engranaje responsable de educar a nuestras nuevas generaciones, y veo la urgente necesidad de dar visibilidad al textil en todos los niveles educativos. Esta nueva junta está trabajando en ello, no solo a nivel universitario, también a nivel de FP, porque industria y joven talento tienen la obligación de ir de la mano. Ya hablamos de ello en mayo, y seguiremos trabajando para que educación primaria, secundaria, profesional, universitaria se alineen con las necesidades de nuestro sector.
Brindis y pies en la tierra por nuestro sector, es lo que se pudo leer en septiembre y octubre, y es que tenemos razones para brindar, y hemos de comenzar a mirar la parte llena de la botella. Entre todos conseguiremos que cada vez esté más llena, y actividades como KPIs para le gestión de una industria tintorera, así como los consejos técnicos ofrecidos en nuestras jornadas sobre tintura realizadas en Terrassa y Alcoi, nos acercan más a ello.
Pero si un eje ha sido transversal durante todo este año, y lo seguirá siendo, es la sostenibilidad, de la que la economía circular forma parte muy principal de la misma. Pinceladas de esto lo habéis podido ver en todas nuestras editoriales y eventos, pero en julio le dedicamos una en detalle. He pasado los últimos diez años dedicados a la economía circular de los materiales compuestos, y me gustaría compartir lecciones aprendidas, ahora que en nuestro sector esto ahora es un hot topic.
Querer implantar la economía circular con dinámicas y mentalidades basadas en economía lineal lleva al fracaso. Por que una economía circular solo se puede construir en base a la cooperación con nuestros competidores. Esta nueva economía cambia el paradigma totalmente, y esperamos saber estar a la altura para aprovechar esta oportunidad.
Cuando antes seamos consciente de esto, antes podremos transformar nuestro sector y nuestra sociedad. En la economía circular nos necesitamos todos. Y nuestra asociación trabaja intensamente en crear puentes, romper egos, compartir conocimiento, hacer equipo, defender intereses, ofrecer soluciones, porque al igual que en la economía circular, en nuestro sector nos necesitamos todos.
¡Si todo esto hacemos por nuestro sector, por el beneficio común de todos! Ya que me gustaría recordar que la AEQCT es una asociación sin ánimo de lucro. Entonces os lanzo esta pregunta ¿Por qué es tan complicado conseguir asociados que se benefician de todo esto por tan solo 55 euros al año?
Jaime Ferrer-Dalmau
VICETESORERO
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